La Música y los Primeros Cristianos
A partir de la influencia musical Greco-Romana y Hebrea se suscita la aparición de la música cristiana, también llamada Música Sacra, que definiría desde su origen la línea evolutiva de la música occidental.
En sus orígenes la música cristiana se correspondía con cantos, rezos y lecturas, de una manera discreta y restringida por el aspecto social dominante de la época debido a las persecuciones dadas al inicio de la nueva religión por parte de Herodes Agripa; Se destaca primeramente en estos orígenes el uso de la “Salmodia” o declamación melódica de salmos, entre los cuales se entonaban gritos de “Aleluya”, “Amen” invocaciones de “Gloria al Padre” los cuales posteriormente y en su sentido marcarían el curso de la historia musical cristiana (y occidental) cuando se implemento la “Misa”.
Al comenzar la persecución a los cristianos, estos se asentaron en diferentes poblaciones por agrupación, tanto en oriente como en occidente, consolidándose así la expansión del cristianismo por dichas regiones, cada una de esas agrupaciones creó su propia liturgia y manera de acontecer las “Salmodias”.
Hubo en este periodo dos grandes fuentes (formas) musicales derivadas de los estilos griegos y hebreos, la “Música Ambrosiana” y el “Canto Romano”, siendo de este ultimo que derivaría el “Canto Gregoriano”.
Durante el desarrollo de ambas fuentes la música cristiana (dentro de su mayor aspecto consolidado de música sagrada y de uso exclusivo de adoración), tuvo vital aspecto el desarrollo del “Canto Romano”, auspiciado especialmente por el Papa Gregorio I (el Magno), quien hizo que esta alcanzara su mayor perfección; Antes de ser Papa, Gregorio I participo en estudios y realización de la liturgia romana y la música bizantina, obteniendo gran conocimiento de esta, sobre todo al haber sido interprete de las piezas más difíciles del poco repertorio habido.
Canto de los primeros cristianos rito ambrosiano
Fue Gregorio I, quien realizó la
recopilación de las melodías existentes además de formar músicos en pro de
estas, los músicos formados por el constituyeron las llamadas “Schola Cantorum”
dentro de sus ordenes eclesiásticas y la recopilación concebida se proscribió
con el nombre de “Antifonario”, además unifico las liturgias, por lo cual a
partir de entonces toda música o canto posterior que cumpla con las
características descritas por este Papa se denomina “Canto Gregoriano”.
A partir de la costumbre de realizar “Salmodias” (de los cuales en tanto a canto gregoriano siempre fueron compuestos de manera anónima conociéndose pocos autores de solamente ciertos fragmentos), se originaron diferentes formas musicales que compartían casi iguales características pero al final fueron difiriendo entre si, a estas se les denominaron “Géneros” de los cuales se establece la “Salmodia” como la más antigua; Dichas diferencias se propusieron principalmente en lo social, puesto que aunque aun la música era particularmente idéntica en distintos puntos se propuso la participación del pueblo en dichos cantos, lo cual originaria la “Misa”, originada en Bizancio y Antioquia a modo de celebrar favores y honrar a la divinidad supondría la unión total de canto y melodía de clérigos y pueblo en conjunto, sin embargo se mantuvo a partir de ciertos cantos y textos anteriores algunas adaptaciones que conformaron uniones de géneros, en tanto a la “Misa” se consolidaron el Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Benedigtus y Agnus Dei, que aunque se mantienen hasta hoy en día (en celebraciones eclesiásticas) consolidaron los principios de la música actual; Cabe destacar que algunos géneros musicales de la época fueron una mezcla casi silente entre lo cristiano y festividades paganas a fin de consolidar un solo credo y la manifestación total litúrgica en sí.
Fue después de la muerte Gregorio I que en su magnificación (musical) se instauro un enriquecimiento de la música de la época, lo cual entre los géneros y formas se instauraron nuevas secuencias, ya el canto no necesitaba ser solo “Salmodico” sino que entre los salmos y cantos del “Aleluya”, “Amen” y “Gloria al padre” (Formantes de la “Misa” y en los ritos cristianos), las notas largas que acompañaban a una sola silaba se transformaron, mediante nuevos textos griegos y en latín integrados a ellos, en las llamadas “Secuencia” y “Tropo”, dando forma a versos y estrofas de manera melódica las cuales originaron el “Himno” y el “Rimado” utilizados actualmente, por lo cual se entiende que la razón de ser del “Canto Gregoriano” es el texto, la letra cantada, pero incluso, aparte de pertenecer dicha letra a salmos o textos bíblicos se debió además a la composición posterior de otros textos agregados por personas comprometidas a lo religioso, sin embargo se debe recalcar que aunque durante la época de la música gregoriana se daba importancia al texto, también este debía ser entendido de manera religiosa para ser entonado en pro a la divinidad, por lo cual aun no presenta ninguna característica operística tacita por no encontrarse el texto apartado de la calidad musical operante en dicha época.
La Notación Musical
Uno de los más grandes hitos en la
historia de la música es sin duda la aparición de la notación musical, la cual
fue desarrollándose gradualmente.
Entre los siglos XIII y IX se implementaba la forma más antigua de escritura musical occidental, la notación “Neumática”, los llamados “Neumas” eran signos simples que se colocaban sobre cada silaba para del texto como guía para la interpretación de los sonidos, estos símbolos recibían el nombre de Punctum, Virga, Clivis y Podatus; cabe destacar que estos símbolos no representaban las alturas ni los ritmos, sino la direccionalidad de la línea melódica, es por ello que el repertorio debía ser conocido de antemano, servían como guía de recordatorio al o a los intérpretes. A partir de los neumas se adoptaron nuevas formas estilizadas, con trazos cuadrados, esta forma fue llamada notación “Cuadrada”.
Con el uso de la notación cuadrada se implementó también la utilización de líneas para especificar la altura de ciertos sonidos (específicamente a partir del siglo X), sin embargo el sistema era algo confuso, pues no existía un número definido de líneas a usar. Primigeniamente se enfatizaron dos líneas principales en colores, una roja que definía el “Fa”, y una azul que definía el “Do”, estas en conjunto con la notación ya existente marcaba las referencias de altura a las demás notas.
Un referente importante a la evolución de la notación musical y líneas de referencia de sonidos es sin duda el monje benedictino Guido D´Arezzo, quien agrego dos líneas, creando el llamado “Tetragrama” o pauta de cuatro líneas, sin embargo aun se podía observar el uso de cinco o más líneas siendo en general el tetragrama utilizado para música religiosa y generalmente el “Pentagrama” o pauta de cinco líneas en la música profana, siendo este ultimo tomado a partir del siglo XVI como pauta obligatoria en cualquier tipo de música. Se debe también a Guido D´Arezzo la creación de los nombres de los sonidos, inspirado en las primeras silabas de los versos de un himno a San Juan Bautista, siendo primeramente Ut, Re, Mi, Fa, Sol, La, fue luego que añadiéndose las dos primeras letras de los últimos dos versos (respectivamente) de dicho himno se nombró el séptimo sonido siendo este “Si”, además se sustituyo el “Ut”, por “Do”; Este monje también ideó un sistema de aprendizaje de los sonidos, intervalos y escalas, la denominada “Mano Guidoniana”.
La evolución de la notación musical prosiguió, originando la “Notación Mesural”, esta plantea el uso de notas con formas diferentes para identificar el tiempo de duración de cada una, puesto a que se necesitaba especificar el ritmo a seguir. Hubo en un principio gran cantidad de símbolos, con duraciones muy longevas (como la “Máxima”) hasta los más ínfimos (como la “Semifusa”), sin embargo paulatinamente fueron desapareciendo las figuras de mayor extensión hasta quedar desde la “Semibreve” (actual redonda) hasta la semifusa.
Orígenes de la Polifonía
Se define a la polifonía como el arte de combinar sonidos simultáneos en que cada uno expresa su idea musical, pero formando con los demás un todo armónico.
Aunque
se tienen periodos descritos de su historia a partir de finales del siglo IX se
tienen documentos de mediados de este siglo, provenientes de la iglesia en la
que se presentan ciertos aspectos polifónicos muy primitivos. Surgió
especialmente dentro del ámbito religioso para embellecer la liturgia del
repertorio gregoriano.
Las primeras descripciones polifónicas escritas aparecen a finales del siglo IX, en los cuales se representa una forma polifónica primitiva denominada “Organum Paralalelo” o Diafonía, práctica que se instauro en la iglesia en la cual existía una voz principal en canto llano la cual era doblada por una segunda voz “Organal” a una distancia de quinta arriba o una cuarta por debajo del canto llano, los intervalos permitidos eran los consonantes (Cuartas, Quintas y Octavas) de forma paralela, iniciando y terminando el canto al unisonó, todo esto especificado en el manuscrito “MUSICA ENCHIRIADIS”, considerado el primero en describir la formación polifónica; Posteriormente en el siglo XI Guido D´Arezzo en su “Micrologus” incluye los movimientos contrarios y oblicuos, además da libertad a las segundas y tercera mayor, menor y segunda mayor de manera infrecuente en la doble voz, además en este siglo la voz “Organalis” se establece como superior a la principal, cabe destacar que durante este periodo el uso de los neumas no permitía la real comprensión intervalica al momento de interpretar.
Se establece posteriormente el Gymel (Canto gemelo), con voces paralelas separadas por terceras; A partir del siglo XIV los teóricos y compositores dan la denominación de “Ars Antiqua” a las composiciones de los siglos anteriores, conscientes de que ya se estaban usando nuevas técnicas de composición entre las cuales se cuentan el “Organum Florido” y otras utilizadas en tratados como el Codice Calixtino y la Escuela de Notre Dame, esta última se destacó por el uso de géneros como el Organum y el Conductus que dieron paso al Motete.
Música Enchiriadis
Con este término se denominó el
nuevo estilo de composición que a partir del siglo XIV se empieza a instaurar
en Francia formando lo que sería una revolución musical, dos de los primeros
tratados sobre esta revolución fueron el “Ars Nova” (Philippe de Vitry) y el
“Ars Nove Musice” (Jean de Muris).
Entre las novedades musicales de este periodo se encuentran:
*Lenguaje más
formulado en términos de melodía y armonía.
*Sentido de
organización armónica cada vez mayor, uso de consonancias imperfectas (3eras y
6tas), empleo de notas alteradas en algunas condiciones.
*Se extiende
el uso del Canon y otros procedimientos imitativos entre las voces.
*Desarrollo de
nuevas formas de composición: Madrigal, Caccia, Virelai, Ballade y Rondo.
La Música Profana: Juglares y Trovadores
En paralelo con la música religiosa
se desarrollo la llamada “Música Profana” en la edad media, correspondiéndose
con los avances de las nuevas formas musicales inspiradas en el “Ars Nova”; los
mayores intérpretes de la música no inspirada en Dios fueron los Juglares y los
Trovadores.
Los Juglares en su arte se encargaban de transmitir las historias de los pueblos oralmente mediante canciones y danzas de origen campesino, eran artistas populares ambulantes de orígenes humildes, transmitían comentarios satíricos de las cortes; fueron perseguidos y censurados por la iglesia por ser considerados gente inmoral y de presunciones paganas por su estado nómada y/o Gitano, sin embargo llegó el tiempo en que fueron tomados en consideración y utilizados por los trovadores y troveros para transmitir sus composiciones musicales de pueblo en pueblo, originándose así la Canción Popular Sistemática.
Los Trovadores se caracterizaban por
ser poetas inmersos en el arte caballeresco, quienes utilizaban la lengua
provenzal. Eran poetas y cantores miembros de la nobleza feudal que componían
temas líricos o románticos y cantos de amor enmarcado en dos concepciones, el
amor sensual y el amor cortes, desarrollaron una lírica muy
expresiva, sencilla, espontánea y, a la vez, preocupada por la forma.
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